12 de juliol 2007

10 DE JULIO – MUJERES EN LA HISTORIA

Últimamente he leído dos libros sobre mujeres y su influencia en aconteceres históricos:

El primero de ellos, escrito por Isabel Allende, fue “Inés del alma mía”, la historia novelada de Inés Suárez, una mujer extremeña que en el siglo XVI acompañó a Pedro de Valdivia en su viaje de conquista a Chile. La escritora se documentó con profundidad a través de copiosa bibliografía y además yo mismo he tenido la oportunidad de contrastar lo narrado en su libro con información buscada en Internet y alguna otra publicación, como el libro escrito por Jorge Guzmán, “Ay mamá Inés – Crónica testimonial”

De ello he podido concluir que la historia de Inés Suárez escrita por Isabel Allende se ajusta con gran fidelidad a las circunstancias vividas por aquella excepcional mujer. Enamorada de Valdivia, que estaba casado con Marina Ortiz de Gaete, a quien dejó en España, lo siguió como amante suya en un arriesgado viaje hasta Chile, donde fundaron la ciudad de Santiago de Chile y en la que actuó como “Gobernadora” a lo largo de más de 10 años.
Hasta que intervinieron la Corona y la Iglesia por medio de Pedro de La Gasca, destacado por Carlos V con el título de Pacificador, quien exoneró a Valdivia de todas las imputaciones que se le hicieron referentes a mala gestión, corrupciones y prevaricación en el ejercicio de sus funciones como comisionado en nombre del Emperador, salvo de la conducta escandalosa por su convivencia con Inés.

No hay que olvidar que Pedro de Valdivia estaba iniciando en aquella época la explotación de las minas de oro y plata en Chile y realizando importantes envios de ello a la Corona.

El resultado fue que tuvo que separarse de la mujer que tanto le había ayudado y como mal menor casarla con uno de sus lugartenientes, Rodrigo de Quiroga, con quien Inés vivió pacíficamente por más de treinta años, solución que de no aceptarla hubiera supuesto la excomunión para Pedro y para ella, con los agradables complementos que ello podía conllevar en manos de la Inquisición.

El segundo libro, que en realidad estoy leyendo todavía, es de Paul Tournier y lleva el título de “El factor femenino”. Este libro es un compendio de la vida de famosas cortesanas que han tenido influencias muy relevantes en el gobierno de países desde la antigüedad hasta nuestros días.

Una de las historias que me han llamado la atención, se refiere a Leonor de Guzmán, bella dama sevillana del siglo XIV que convivió durante más de 20 años con el rey Alfonso XI, pese a que este estaba casado con la infanta Maria de Portugal, hija del rey luso Alfonso IV y madre que fue de un niño llamado Pedro que más tarde sería conocido como “El cruel”.

Debía la tal Leonor tener sorbido el seso a Alfonso XI, gracias a sus numerosos encantos a los que se refieren las crónicas de la época, puesto que este monarca, haciendo caso omiso de las llamadas de su suegro a comportarse, la instalo cabe si en Alcalá de Henares, donde ella le dió varios retoños, entre los que destaca un tal Enrique, llamado más tarde de Tras támara.

Tras el fallecimiento de Alfonso XI debido a la peste en el cerco de Gibraltar, Leonor fue ejecutada en Sevilla por orden de Pedro I el Cruel, quien a su vez fue derrotado posteriormente por el de Tras támara y asesinado por el mercenario Bertrand Duguesclin a quien se le atribuye la famosa frase “No quito ni pongo rey, pero sirvo a mi señor”

Con el camino expedito Enrique se proclamo rey de Castilla con el nombre de Enrique II y fundó la dinastía entre la que se cuenta como figura prominente Isabel la Católica.

Llama la atención la influencia que estas mujeres han tenido por si mismas o porqué sus vidas han determinado circunstancias posteriores de gran importancia para el desarrollo de sus paises.

Otras cortesanas mencionadas por Tournier van desde Thais en la época de Alejandro el Magno y a quien se le atribuye la inducción a quemar el palacio de Jerjes en Persépolis, una de las maravillas de la antigüedad, pasando por Mesalina, Teodora de Bizancio, Leonor de Aquitania, Madame de Montespan, etc. etc., hasta llegar a mujeres más cercanas en el tiempo como Cristina Keeler o ¿porqué no? Monica Lewinsky.

Todas estas mujeres pasaron por encima de las convenciones de la época y de los lugares donde les tocó vivir, para conseguir sus objetivos, en una amalgama de intereses que oscilaban desde lo simplemente lúbrico, hasta los más complicados manejos en el terreno de la diplomacia, de la política o de la economía, siempre relacionados con la apetencia de poder para si mismas o para sus familias, hijos, etc.,

A pesar de ello en muchas ocasiones fueron favorecedoras de ayudas para los ciudadanos más necesitados, a través de la fundación de hospitales, escuelas, comedores para pobres, etc. o por su influencia en la promulgación de leyes a favor de las mujeres o de los integrantes de las capas sociales desfavorecidas.

Indudablemente no eran mujeres débiles y supieron manejar no solamente sus encantos, sino su astucia, su sentido femenino, su fortaleza…

Pero para continuar, mañana será otro día.