17 d’octubre 2013

El cortijo español

¿No tenéis la impresión de que España es un cortijo? (Cortijo, coloquialmente interpretado como cotarro, o sea ámbito donde algunos se lo montan a su gusto, pasando por encima de lo que sea o de quien sea).


Esta reflexión me venía ayer cuando en un fútil intento trataba de averiguar como funcionaban las facturas de la luz y del gas. Hay muchas cosas que me quedaron sin explicación, seguramente porqué se necesita el título de Doctor Ingeniero en alguna carrera relacionada para comprender este tipo de documentos. Pero una de las cosas que me quedó clara es que el coste de la materia prima, o sea el de los kilowatios para la energía eléctrica o de los m3 para el gas, no es nada comparado con el coste definitivo, una vez incrementado con impuestos, términos fijos, etc.  Por  cierto, me he dado cuenta de que se aplica un Impuesto sobre electricidad del  5,11 %, cuyo resultado se suma en la cantidad total, aplicando después sobre la misma el 21 % de IVA, o sea, ¿pagamos impuestos sobre los impuestos?


Parece que los aumentos aplicados a la energía eléctrica desde principios de año hasta la fecha pueden ser alrededor del 8% para viviendas de referencia, con una potencia contratada de 5,5 Kw. y un consumo medio anual entre 2.100 y 2.500 Kw.


En 2012 las cuatro grandes Compañías eléctricas españolas tuvieron resultados positivos todas ellas, habiendo ganado en conjunto 6.446 millones de Euros, un 3,2 % menos que en el año anterior. Pero no de la misma manera:


Iberdrola, +1,3 % (2.840 millones)
Gas Natural +8,8% (1.441 millones)
EDP -40 % (131 millones)
Endesa - 8 % (2.034 millones).


Los directivos de estas empresas se han quejado de los recortes en sus retribuciones como consecuencia de las medidas aplicadas por el Gobierno para reducir el déficit de tarifa.


Pero en esta sociedad hay muchos ciudadanos que tienen un problema más acuciante que los de estos directivos y es que el encarecimiento de la energía puede situarlos ante la tremenda disyuntiva de no poder pagar las facturas.   La OCU  ha promocionado una iniciativa de carácter social, ya experimentada en otros países y que a esta fecha ha reunido ya a 477.000 usuarios. Su objetivo es participar en la subasta periódica de energía, que tiene lugar hoy, para conseguir la posibilidad de influir en el precio final de la energía eléctrica.


Sin embargo ya han salido representantes de las empresas distribuidoras, diciendo que al contrario de otros países, donde iniciativas similares si han conseguido resultados positivos, aquí será imposible obtener precios más baratos. Una clara advertencia.


Tal despliegue me ha recordado otras  innumerables muestras de cerrazón que se viven en situaciones similares, como por ejemplo las de los desahucios, en cuya problemática el Gobierno se ha situado claramente al lado de las entidades financieras. Hasta desde Europa han tenido que llamar al orden, como en el caso de los desahucios de Salt, caso de hoy, en el que ha tenido que intervenir el Tribunal de Derechos humanos de Estrasburgo.


Este Gobierno protege sobradamente los intereses de los dueños del cortijo, o sea esencialmente el sector financiero, pero escasamente los de los ciudadanos del país más desprotegidos y sometidos a las consecuencias de la crisis y los de la clase media, que aún pueden consumir, pero al paso que vamos paulatinamente irá dejando de hacerlo. Y cuando se descuelga, por aquello de que no le queda otro remedio,  es tan avaro, es tan poco generoso, que uno se reafirma aún más en aquello de la protección de los intereses de unos cuantos poderosos.


Otra muestra es la del IVA sobre espectáculos. En otros países que lo intentaron y se dieron cuenta del error, inmediatamente lo retiraron, como en Holanda. Aquí claro, mejor “sostenello que no enmendallo” aunque se hunda el sector. Y encima le echan la culpa a la calidad de los espectáculos ofertados, como hizo el ínclito Montoro.

Creo que el Gobierno haría bien en recordar que la recaudación de impuestos sobre un consumo inexistente, tampoco existe.

Muchas voces se aplican en decirnos que no, que esto del cortijo no es cierto, que son figuraciones y que España es uno de los mejores países del mundo donde vivir. Y que hemos de sentirnos orgullosos y todo eso…¿?