16.000 €. Dieciséis mil
euros es lo que un selecto club de personajes en Marbella paga por cada una de
las botellas de champán que se beben, según lo difundido por un programa de TV.
No está mal.
La firmante de una carta dirigida a un periódico esta semana, Victoria Maulini, se escandalizaba de este exagerado dispendio para satisfacer ¿qué? La sed no sería. Sería más bien el ego de quien se gasta este dinero en un lujo superfluo. Vamos que yo lo veo superfluo, pero la historia está trufada de sinrazones y esta es una de ellas.
Victoria contraponía en
su carta la actitud de estos dilapidadores con la de los “rastafaris” de la
Puerta del Sol, calificándolos de “vagos de oficio”. Bueno, pues de un extremo
a otro.
La verdad es que todo es
tan complicado que me pierdo en el análisis de las situaciones. Cierto es que
encuentro exagerado el que alguien en estos momentos se gaste 16.000 euros en
un lujo innecesario. Y también encuentro exagerada la actitud de los indignados
que, desde mi punto de vista han perdido a estas alturas buena parte de las
razones que les asistían al inicio y han transformado su movimiento en un deporte de “acampaplazas”, por muchos
argumento que esgriman de que lo hacen para atacar un sistema político en el
que no creen.
Yo tampoco creo en muchos
de los políticos que lo practican, pero en el sistema democrático sí, no veo
otro mejor. Cierto que es perfeccionable y esa era una esperanza mía depositada
en el movimiento 15M. Pero mientras tanto se pierden en simbologias baratas, dejan
basura por todas partes y toman el pelo.
Como el tontaina que le
arrebató la gorra a un Guardia Civil delante del Ministerio del Interior en
Madrid y la tiró a la gente que estaba delante. Ha aparecido repetidamente por
TV. Seguramente se cree la reostia por la hazaña, pero yo únicamente veo un
listillo. Otro más.
Pero todo esto me queda
eclipsado por las imágenes que a continuación veo en la pantalla. Gente
muriéndose de hambre. Niños agonizantes tirados en el suelo, sin fuerzas
siquiera para gemir. ¿Qué pasa en Africa? ¿Cómo es que en uno de los
continentes con mayores riquezas naturales, periódicamente salta la alarma de
hambrunas, guerras, masacres…?
El ser humano es lo que
falla. Como siempre. La bíblica torre de babel existe realmente y va a más,
pero no por la incomprensión idiomática, que eso en nuestros días está
sobradamente salvado, sino por la incomprensión del egoísmo, del odio, de la
incapacidad para ver más allá, por los señores de la guerra que impiden que
lleguen los alimentos al cuerno de Africa, por los que hacen negocios con estos
señores de la guerra, menospreciando las vidas humanas que esto cuesta. Por los
que ocupando puestos clave en política, son incapaces de oponerse a los
intereses de los grandes grupos económicos que solo buscan el beneficio para
sus propietarios, sin importarles lo que esto supone para una gran parte de la
humanidad doliente e indefensa y se autojustifican de mil maneras.
Por los especuladores que
en cada crisis ven una oportunidad para aumentar sus ganancias…Para gastárselo
después en botellas de champán a 16.000 euros.
Por los que piensan que
la vida, que la sociedad, es un circo, donde lo que importa es ser ocurrente. Perdona
Lluis por tomar prestada una frase de una de tus canciones, pero que me parece
que encaja, “no era això companys, no era això”.
Y mientras, aquellos que
me leéis, os invito a hacer un esfuerzo de imaginación. ¿Qué podemos hacer
nosotros, ciudadanos sin más, dentro de
nuestras limitadas posibilidades, para
tratar de aportar algo que pueda paliar estas situaciones?
Hacer donativos ayuda a
tranquilizar, pero ni siquiera sabemos como se utilizan estos
donativos. Si miramos a Haiti, me parece que la Ayuda Internacional, muy
prometida y comprometida al inicio, no ha llegado a los afectados más que en
una pequeña parte. Y eso ocurre en países con graves problemas declarados.
No quiero ser alarmista,
pero leo con asombro que en la estable y boyante Alemania hay 2.500.000 niños
por debajo del nivel de pobreza.
Vuestros comentarios
serán bienvenidos.
2 comentaris:
Te he enviado un comentario, pero la dichosa máquina informática me pide no sé qué y, ya sabes, pues que no.
Un abrazo muy fuerte. A ver cuándo nos vemos. Ricardo
Espero verte para comentar estas y otras cosas. He hecho varios comentarios, pero la máquina informática se los ha comido.
A ver cuándo podemos vernos. Un fuerte abrazo.
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