Un buen amigo, preocupado por los hechos que están ocurriendo en Cataluña despues del 11 de setiembre, cita en su blog a Miguel de Unamuno, aludiendo a su frase
“Primero la verdad que la paz”. Bueno, también le escribió a Ortega y Gasset
aquello tan famoso de “que inventen ellos”.
Y es que el pasado importa. Ya lo creo, importa mucho, pero para tomarlo
como referencia y evitar caer en los mismos errores. Desde que Unamuno
escribiese esta famosa frase, muchos españoles afortunadamente no le han hecho
demasiado caso. Y han investigado, han descubierto, han avanzado. Lastima que
para ello bastantes hayan tenido que marcharse del país.
Y con ello me refiero a la convocatoria de elecciones anticipadas y la eventual deriva hacia la autodeterminación o hacia la independencia de Cataluña. Y a la
discusión que se suscita sobre si el actual presidente de la Generalidad aspira a configurar un estado donde anteriormente no se había
alcanzado nunca esta dimensión política y de gobierno.
No se puede negar que Cataluña tenía una identidad política y geográfica plenamente definidas desde
el siglo XII, cuando la “Asamblea de Paz y Tregua” (precursora de la actual
Generalidad) estableció los límites de lo que se conocería como el Principado
de Cataluña.
El reino de Aragón tuvo su origen también
en otro conde carolingio, Aurelio, pero no se definió como tal reino hasta que
se produjo la sumisión del condado aragonés a Navarra y su primer rey fue Ramiro I, hijo natural de
Sancho III el Mayor, de Navarra y Sancha de Aibar.
Más adelante, Ramiro II el Monje (si, si, el de la campana de Huesca) casó
a su hija Petronila con Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, para que este le sacase las castañas del
fuego. Ramón Berenguer IV firmó las capitulaciones matrimoniales que mantenían la línea dinástica en Ramiro y su hija, hasta
su fallecimiento, línea dinástica que posteriormente pasaría al hijo de ambos,
el futuro Alfonso II. Ramón Berenguer tuvo la “potestas real” sobre el reino de
Aragón y mantuvo el título de Conde de Barcelona, que también heredó Alfonso.
Con ello se formó la Corona de Aragón, (1162) a la que más tarde se uniría el
Reino de Valencia y aún más tarde el de Mallorca.
Cada uno de estos reinos y el condado de Barcelona, aunque coincidiese en
la misma persona su máxima representación, conservaban separados sus órganos de
gobierno, sus leyes y sus instituciones. Por tanto Cataluña no formaba parte
del Reino de Aragón, sino de la Corona de Aragón.
Pero todo esto ahora, ¿qué importa? No hay nada que sea inamovible “in
aeternum”. Muchos de los estados actuales no son lo que fueron en tiempos pretéritos.
Francia por ejemplo, fue una monarquía y en la actualidad es una República. Brasil dependía del Reino de Portugal y ni uno
ni otro están gobernados actualmente por reyes o emperadores (Brasil llego a
tener un emperador en el siglo XIX).
Lo que importa es la actual
expresión de la voluntad de los ciudadanos. Esto es lo sagrado y parece que
muchos ciudadanos de esta parte del país se hallan predispuestos a explorar las
posibilidades de autogobierno. Y me parece que los que salieron a la calle el
otro día querían manifestar algo en este sentido.
No creo que esta explosión deba menospreciarse. Yo los vi. No me dio la
impresión de que se tratase de gente engañada o poco realista en saber que es
lo que ocurre y que es lo que nos
jugamos. Lo que me pregunto es ¿lo sabe el resto de España? ¿O se ha dado
cuenta ahora?
En su momento se definirá el modelo político, social, asistencial, y económico
que deba implantarse. No creo que volver a modelos políticos y territoriales
propios de la edad media sea la aspiración de quienes apuestan por la
autodeterminación. Seguro que muchos ya tienen ideas en estos terrenos. Pero
antes habrá que ver que es lo que ocurre en las elecciones del próximo 25 de
Noviembre. Si las cosas no son como las ve la gente de la manifestación del
11/9, ya se encargarán las urnas de demostrarlo.
3 comentaris:
Amigo Jordi. Te felicito por un post sereno, reflexivo y bien argumentado; todo él adornado con una gran dosis de sensatez.
Deseo para todos los votantes del 25 de noviembre esos mismos valores y que entre todos: catalanes y españoles, españoles y catalanes, seamos capaces de llevar adelante un tema de gran calado como este.
Gracias por la informacion y la reseña histórica. Sin embargo creo que es un error hacerle el juego a quien casi obliga a justificar con hechos históricos que cataluña fue o no una nacion.
La historia es interpretable y casi siempre es una relacion de hechos que no ocurrieron contados por personas que no estaban allí.
Un pueblo, un conjunto de ciudadanos que se consideran unidos por una idea o una aspiracion, y sufientemente preparados para ejecutarla no precisa de pedigrí alguno para justificarse, basta con su detrminacion en el ejercicio de su libertad. No somos libres por que tengamos detrás una patente, una justificación histórica sino porque es un deseo presente.
De hecho la mayoria de las naciones actuales no lo son por que lo hayan sido anteriormente sino por que un puñado de idealistas tuvieron el de iniciar un camino juntos basados en unos ideales comunes. La posible justificacion histórica seria un plus pero lo importante es el presente, y si en el presente una mayoria de personas de un teriritorio tiene aspiraciones, lo justo es que luche por conseguirlas. Impedirlo es la chispa que siempre enciende la mecha de lo indeseable.
Que esto unca ocurra y que Cataluña sepa lo quiere y luche por conseguirlo, pero sin ponerse de rodillas ante nadie.
Muy pero que muy bonito XATEVEXO, Lo único que te puedo decir es que es muy pero que muy decimonónico. Ponte al día ¡hombre!, déjanos de idealismos, naciones , países y otras mierdas para eso ya tenemos el que tenemos, deja que los pueblos saquen adelante su identidad con su cultura y su fe y déjalos en paz. Romper un país o una nación para generar otro u otra, es sencillamente una gilipollez que sólo sirve para que haya más mangantes en sus bonitosd sillones..., no te das cuenta?
Venga...
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