Estimada Pili,
Muchas veces te había visto en el puente aéreo. Paseando por la antesala de la puerta de embarque, con una sonrisa maliciosa y abstraída probablemente en tus pensamientos sobre los temas políticos y sociales que son objetivo de tus actividades periodísticas y mediáticas.
Debo reconocer que no tenía una gran opinión sobre ti. Quizás influido por ciertas noticias habidas en el pasado con respecto de alguna conducta tuya peculiar, o por tu participación en algunos programas conducidos por gente orientada más bien hacia el negocio del escándalo, carente de objetividad y centrados en el morbo y en la especulación periodística.
No obstante últimamente leo con interés tus artículos de “La Vanguardia” y encuentro generalmente acertadas tus valoraciones sobre las cosas que pasan, poniendo de relieve las contradicciones del sistema político, social y económico en que estamos viviendo.
Cierto es que tendemos a encontrar ponderación y equilibrio en aquellos pronunciamientos que se aproximan a nuestra manera de pensar o de conducirnos. También se que es contraproducente decir aquello de “yo ya lo había dicho”.
¡Pero coño! Uno se siente reconfortado sabiendo que quizás no es el único en valorar las cosas de determinada manera, aunque muchas veces pueda incurrir en aquello de ser políticamente incorrecto.
Creo en definitiva que seguramente hay muchas personas que coinciden con esta clase de apreciaciones, pero que muchas veces no se atreven a expresarlas en según que ámbitos, por la posibilidad de ser tachados de xenófobos, de negativos, de plastas, de no progresistas.
Como muestra de lo afinada que veo últimamente a Pilar Rahola, dos botones:
Artículo del 14/10/2008, “¿Dónde está el Sr. Esteve?”, en el cual pone a parir a los ejecutivos de empresas que después de haber llevado a tales empresas a la desastrosa situación financiera que ha emergido días atrás, se van a celebrarlo con grandes y costosas (despilfarradoras) reuniones – caso AIG o Fortis. Siempre he pensado que en el mundo empresarial del liberalismo económico son más peligrosos los ejecutivos que los propios dueños de las empresas.
Artículo del 19/10/2008, “Tu papa es el pizzero”, con sabrosos comentarios sobre las nuevas y progresistas leyes con que nos amenazan los cuerpos legislativos que tenemos y que seguramente no nos merecemos y la ingerencia que supone legislar sobre aspectos que deberían de quedar exclusivamente en el ámbito de la relación familiar. ¿o es que lo más importante para la sociedad en estos momentos, (por ejemplo) lo que demandan los ciudadanos, es que los niños adoptados conozcan obligatoriamente a partir de los doce años, que lo son? Me pregunto como llegan estos legisladores a evaluar la necesidad de la introducción de este tipo de leyes.
Sigue así Pili.
1 comentari:
Soy lectora de Pilar, desde hace mucho, y a mi hace años que me sorprende. Creo que, en prensa escrita, es una de las mejores y más libres voces del panorama periodístico. Ha hecho una evolución intelectual imparable. He leído tu comentario en su web, y me he animado a saludarte. Un abrazo y suerte con tu blog
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