26 d’agost 2008
De blaus encesos
Les ales s’em desfan a les ones.
Mar amic, vent enemic, blau estimat.
El cor se m’atura en els roquers.
I jo ho veig tot clar, molt mes clar.
Aquella gavina volandera, que segueix la meva barca
Em fita desconfiada i em crida fugissera.
I jo em buido en l’aire infinit
Jordi
22 d’agost 2008
De insultos y otras cegueras
Tras leer la carta publicada en el periódico “El Mundo” por un ciudadano apedillado Valderribas (curioso, el corrector de Word me señala un error para apedillado y me sugiere aperrillado), mi confianza en la capacidad proactiva del ser humano ha sufrido otro duro golpe.
¡Y cuando llego a casa me encuentro con la nota de esta publicación, que me remite un amigo y que incluyo más abajo! Aparentemente incluir esta nota parece que pueda darle más publicidad a los infames comentarios del cretino que la suscribe, pero creo que precisamente la lectura de los mismos lo que suscita es rechazo.
El ámbito de los intereses es cada vez más reducido: estado, autonomías, comarcas, ahora posiblemente veguerias, ayuntamientos, barrios, urbanizaciones, manzanas de casas, asociaciones, lobbies, grupos de interés, mi rellano, etc., donde cada cual tira por su lado. Cada vez impera más aquello de ¿Qué hay de lo mío?, menospreciando la posibilidad de hacer frente común contra aquellos problemas que realmente acosan a la humanidad: el hambre, las enfermedades, la denigración de la naturaleza, la pérdida de calidad de vida, las rebajas de bienestar social, los políticos ineptos, los insultadores profesionales, etc., etc..
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Carta publicada en la sección de Cartas al Director del periódico "El Mundo", firmada por J. Valderribas
Vaya por delante que mi simpatía por vascos y catalanes es la misma, es decir, ninguna. Pero al menos sé distinguir entre un adversario válido y otro que no lo es. Dicha distinción es muy importante para todo español que se precie, cuyo objetivo en la vida debe ser dar por riclitados los nacionalismos periféricos. Aunque el nacionalismo vasco está emponzoñado por los crímenes abyectos de la banda etarra, son un rival de mucha más enjundia para la nación española que los siempre timoratos catalanes. Y voy a tratar de explicar el por qué. Mientras los vascos han sido siempre un elemento incómodo en todas las invasiones que ha padecido la península, (romanos, godos, árabes), los catalanes se han dejado siempre conquistar por el primero que ha pasado por allí. A un lado la resistencia al invasor, al otro, los fenicios que por un plato de lentejas dejan que se mancille su honor. De hecho, un castellano recio siempre se sentirá más identificado con el carácter rudo y batallador del vasco, dejando momentáneamente a un lado el episodio repugnante que lleva a cabo una banda de asesinos desalmados, que con la falta de carácter, el "acongojamiento", el rechazo al enfrentamiento y el amor por el dinero y no por lo propio que caracteriza a nuestros particulares judíos.
o Por todo esto, no me extraña que al primer ataque serio que se le plantea al nuevo gobierno de la Generalidad, sean los propios catalanes los que sacrifiquen a Carod. Mientras los vascos recibieron una presión incomparablemente superior durante el periodo previo a las últimas elecciones autonómicas, y por desgracia para la nación española con resultado nefasto para nuestros intereses, en Cataluña no han sabido resistir ni el primer achuchón. Era de esperar, no tienen sangre. Ellos mismos destruyen a sus líderes. No tengamos ninguna duda de que con un par de escaramuzas más, el gobierno de la Generalidad caerá, se convocarán elecciones anticipadas y volverán a gobernar CiU y el PP. Todo debe estar bajo control. Dicen mis contactos en Cataluña que ERC, de hecho el único intento mínimamente serio de ponernos un poco nerviosos, va a quedar electoralmente diezmada el 14-M, mientras que los siempre dóciles chicos de Pujol van a salir ganando de este embrollo. Y ya sabemos que a esta gente con un par de contactos económicos se les tiene más que domesticados. De hecho, encarnan al auténtico fenicio. En definitiva, y para apagar los temores de un buen amigo mío, nuestra auténtica preocupación debe estar centrada en el norte. Los catalanes se anulan ellos mismos, y si se ponen un poco nerviosos, sacamos la tontería del fútbol (el Barsa, ese gran narcótico) y ya están entretenidos para unas cuantas semanas.
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