El verano está siendo duro. Tras la mucha calor de principios de agosto, a mediados ha hecho de todo: viento, frio, mala mar. Un buen amigo mio pasó un mal rato conmigo en el mar. Y se encontró como un naufrago, en medio de mucha, mucha gente. O por lo menos es lo que me dice en la narración que me ha enviado:
"EL NAUFRAGO DE "SA RIERA”
Era un bonito viernes de agosto en la Costa Brava, cuando un valiente patrón y tres tripulantes llegaron cargados con todo tipo de abastecimientos (alimentos, bebidas, etc) a un puerto de la citada Costa para pasar un bonito día en alta mar y gozar de las maravillas y experiencias que proporciona la inmensidad del Mediterráneo.
Se acomodan los abastecimientos y tripulantes en la embarcación y saliendo de los espigones del puerto emprenden rumbo mar adentro, empiezan a encontrar unas "olas" de consideración y navegando en dirección a las mismas, el valiente patrón lucha contra ellas, los tres tripulantes, sin decir nada (sólo -son molt grosses, son molt altes-) quietos y casi sin mediar palabra veían como el patrón estaba en su "salsa”.
Titubeando un poco, se hacían comentarios (si vamos hasta las rocas y giramos, no que allí las olas serán más grandes, otro "vols dir"), en fin para todos los gustos, hasta que al cabo de un rato uno de los tripulantes sin previo aviso dice ¡¡JORDI VOLS FER EL FAVOR DE GIRAR!!, el intrépido y valiente patrón obedece al momento y gira la dirección de rumbo empezando a navegar en la dirección de la corriente de las olas, en aquel momento la navegación se hizo más cómoda y ligera, sin saltos, ni gritos de algunos de los tripulantes.
Así estuvieron navegando plácidamente un buen rato, hasta que avistaron una "cala" es la del Rei, es la de Sa Tuna....... y se aproximaron a ella, ya se veía que las embarcaciones que estaban amarradas en dicha cala se movían muchísimo, pero se acercaron e intentaron amarrar la suya a unas de las boyas y debido al fuerte oleaje no había forma de sujetarla, momento en que uno de los tripulantes motivado por los esfuerzos y movimientos infructuosos sin conseguir el anhelado amarre, se empezó a marear y al fondo de sus oidos le llegaban comentarios de los otros tripulantes que decían "està molt blanc", otro "no li diguis", "bueno ara farem el vermout aquì", al oír esto último el tripulante mareado dijo: ¡Us ho deixo tot aquí! y tiró rápido y veloz el tabaco, las gafas, las zapatillas, el reloj, el mòvil, los pocos euros que llevaba encima y se tiró al mar llegando a nado hasta la orilla de la cala.
Una vez en la orilla de la cala vio que aquello no era, ni la cala del Rei, ni la de Sa Tuna, sino que vio un letrero que rezaba Cala "SA RIERA".
Desde la orilla de la costa el tripulante mareado observaba como el resto de sus compañeros seguían haciendo intentonas para amarrar la embarcación, pero no lo conseguían, se enzarzaron en medio de las otras embarcaciones y de pronto observa como una Zodiac con tres personas se acerca a ellos y piensa, bueno, mira ya acuden en su ayuda….si, si, A lo que les ayudaron fue a desenzarzar la embarcación e intimidándoles a que marcharan y se fueran al sitio de donde habían partido, que como se les había ocurrido salir con aquella mar tan alterada.
El tripulante mareado veía como el resto de compañeros de viaje se alejaba y con la perspectiva que tenia desde la costa de la cala "SA RIERA" observaba con estupor el movimiento de la embarcación por sus saltos y bandazos luchando contra las olas, destacando la pericia y valentía del patrón que como se verá al final de la historia logró llegar al puerto de donde habían salido sanos y salvos no con más o menos "acojonamiento" por lo que luego contaron.Cuando el tripulante mareado perdió de vista a la embarcación, se giró y empezó a andar por la arena en dirección contraria al mar, se puso las manos en el bolsillo y al momento se paró al comprobar que no tenía, ¡¡NADA!! zapatillas, tabaco, dinero, reloj, móvil y se dijo a si mismo y exclamo ¡¡pero si soy -UN NAUFRAGO-!!, se armó de paciencia - todo es verdad - como pudo y luego pensó, no te muevas que por tierra, mar o aire te vendrán a rescatar y efectivamente así fue al cabo de casi tres horas, ve llegar el coche rojo que tanto deseaba ver, con el patrón en esta ocasión pilotando y los otros dos tripulantes, sin casi darles tiempo a que avisaran de su presencia para proceder a la operación de rescate.
Una vez rescatado el "NAUFRAGO DE SA RIERA" y subido en el turismo de rescate se dirigieron todos felices y contentos, no sin poder aguantar las risas producidas por la "anécdota del verano 2006" hacia el apartamento del patrón y allí lo festejaron con todo el avituallamiento que también había disfrutado de la navegación y llego en buenas condiciones, se deleitaron con dichos manjares y buen baño en piscina con su correspondiente siesta.Un abrazo del
NAUFRAGO DE SA RIERA."
Pues ya veis