No se si es el frío de fuera, mi brazo chungo tras la luxación del hombro, las pocas ganas de hacer nada y un cierto cansancio ante el espectáculo socio-económico y político que deprime bastante, lo cierto es que hace días que no me entra el gusano para escribir.
En una de mis últimas publicaciones en la blog, puse que hablaría de Harold Pinter, el Premio Nobel de Literatura. La verdad es que lo hice como consecuencia de haber leído el discurso que pronunció ante la Academia cuando fue a recoger el Premio conteniendo a mi modo de ver, unas muy lúcidas manifestaciones sobre el papel de los políticos y de los EEUU en grandes crisis, como Nicaragua, El Salvador, Cuba, Irak, etc. Vamos, que utilizó el magnífico pulpito que la entrega del premio le ofreció, para lanzar una espléndida crítica en contra del papel que el presidente Bush se ha arrogado y la forma como lo está haciendo, decidiendo quien es terrorista, donde y como lo va a perseguir e involucrando a otros países en esta cruzada..
Como para reafirmar estas manifestaciones, leía precisamente esta mañana que 22 miembros de la CIA., están incriminados por el secuestro de un ciudadano en Italia, que no tenía nada que ver con ninguna conjura ni actividad en contra del Imperio. Estos chicos, de tanto hacer películas de espías con permiso para matar, han confundido la realidad con la ficción y eso es peligroso, muy peligroso.
Volviendo a Pinter, su discurso me llevo a leer su único libro publicado, porqué es más bien dramaturgo. Supongo que el Premio se lo habrán dado por el conjunto de su obra y en cuanto a la de teatro la desconozco. Por lo que se refiere a la novela, Los Enanos, de larga gestación, puesto que empezó a escribirla en 1952 y la terminó en 1989, debo de confesar mi desorientación.
No es una novela al estilo de las que estamos habituados a leer, con un argumento, una descripción de los personajes y de su entorno, una evolución dramática y un desenlace. La calificaría de un tanto surrealista, pero lo cierto es que, y de ahí le intuyo al autor una gran capacidad como dramaturgo, crea un escenario en el que sus personajes se mueven y al que el lector se incorpora como un espectador que contempla la obra desde el mismo ámbito donde se desarrolla la ¿acción?.
El reconocimiento del Premio, por lo menos en lo que atañe a este libro y sin entrar a valorar la obra teatral, que desconozco, me da la impresión de que en los últimos tiempos la Academia busca premiar estilos de escribir distintos. Y si no véase el Premio anterior, reconocido a la austriaca Elfriede Jelinek, escritora, rara donde las haya, desde mi punto de vista. Leí de ella Los Amantes y la verdad, es que no he podido terminarla y ello sin negar el valor de de su crítica social sobre la condición de las mujeres en Occidente, pero el estilo me resulta difícil.
Bueno, ya está bien por hoy, que eso de darle al espaciador con el meñique y escribir con un solo dedo se me hace algo pesado. Ah!, otro día hablaré de lo que significa la foto.
En una de mis últimas publicaciones en la blog, puse que hablaría de Harold Pinter, el Premio Nobel de Literatura. La verdad es que lo hice como consecuencia de haber leído el discurso que pronunció ante la Academia cuando fue a recoger el Premio conteniendo a mi modo de ver, unas muy lúcidas manifestaciones sobre el papel de los políticos y de los EEUU en grandes crisis, como Nicaragua, El Salvador, Cuba, Irak, etc. Vamos, que utilizó el magnífico pulpito que la entrega del premio le ofreció, para lanzar una espléndida crítica en contra del papel que el presidente Bush se ha arrogado y la forma como lo está haciendo, decidiendo quien es terrorista, donde y como lo va a perseguir e involucrando a otros países en esta cruzada..
Como para reafirmar estas manifestaciones, leía precisamente esta mañana que 22 miembros de la CIA., están incriminados por el secuestro de un ciudadano en Italia, que no tenía nada que ver con ninguna conjura ni actividad en contra del Imperio. Estos chicos, de tanto hacer películas de espías con permiso para matar, han confundido la realidad con la ficción y eso es peligroso, muy peligroso.
Volviendo a Pinter, su discurso me llevo a leer su único libro publicado, porqué es más bien dramaturgo. Supongo que el Premio se lo habrán dado por el conjunto de su obra y en cuanto a la de teatro la desconozco. Por lo que se refiere a la novela, Los Enanos, de larga gestación, puesto que empezó a escribirla en 1952 y la terminó en 1989, debo de confesar mi desorientación.
No es una novela al estilo de las que estamos habituados a leer, con un argumento, una descripción de los personajes y de su entorno, una evolución dramática y un desenlace. La calificaría de un tanto surrealista, pero lo cierto es que, y de ahí le intuyo al autor una gran capacidad como dramaturgo, crea un escenario en el que sus personajes se mueven y al que el lector se incorpora como un espectador que contempla la obra desde el mismo ámbito donde se desarrolla la ¿acción?.
El reconocimiento del Premio, por lo menos en lo que atañe a este libro y sin entrar a valorar la obra teatral, que desconozco, me da la impresión de que en los últimos tiempos la Academia busca premiar estilos de escribir distintos. Y si no véase el Premio anterior, reconocido a la austriaca Elfriede Jelinek, escritora, rara donde las haya, desde mi punto de vista. Leí de ella Los Amantes y la verdad, es que no he podido terminarla y ello sin negar el valor de de su crítica social sobre la condición de las mujeres en Occidente, pero el estilo me resulta difícil.
Bueno, ya está bien por hoy, que eso de darle al espaciador con el meñique y escribir con un solo dedo se me hace algo pesado. Ah!, otro día hablaré de lo que significa la foto.