13 de maig 2014

Eurovisión y el sexo de los ángeles

El hirsutismo es una característica corporal que tiene sus detractores y sus admiradores. Normalmente eran los hombres quienes solían lucir generosas vellosidades en su cuerpo y las mujeres eran más bien favorables a las técnicas depilatorias.

En la actualidad parece que en general hombres y mujeres  gustan de lucir cuerpos lampiños, sobre todo en verano y el hirsutismo queda reservado para ciertas filias de carácter morboso.

El espectáculo de una mujer barbuda había sido en el pasado una cuestión perteneciente al ámbito circense o de las ferias de pueblo. Aún recuerdo haber visto de pequeño algún cartel anunciando como una cosa excepcional, la contemplación de una fémina cuya cara estaba adornada por luengas barbas, como si anacoreta del desierto se tratase. A estas alturas no obstante creía que era un tema del pasado.

Pero este fin de semana ha saltado a los medios la imagen de una tal Conchita Wurst, que ha alcanzado  notoriedad por haber ganado el festival de Eurovisión de este año, luciendo en su cara una arreglada barba.
Ya el nombre artístico de la cantante es todo un prometedor criptograma: Conchita – vagina pequeña en muchos países de Sudamérica - y Salchicha (Wurst en alemán), de  evidentes connotaciones fálicas.

Resulta que la mujer no es tal y se trata de un travestido, que no  debe de estar aún hormonado, de ahí la barba. No obstante lo que más me ha llamado la atención es como la inmensa mayoría de los medios exponen la justificación de que haya obtenido el primer lugar, no por la calidad de la canción, sino porque el presentarse así supone un canto a la tolerancia, a la libertad y a la no discriminación hacia los homosexuales.

Dicho con todo el respeto hacia quienes tienen cualquier clase de orientación sexual y por mucho que Julio Iglesias la apoye, esto se trata simplemente de frikismo. O sea de exhibicionismo para llamar la atención y ganar algo donde otras habilidades, en este caso las del canto, no llegan. Oigan y que por mi puede hacer lo que le de la gana, que no seré yo quien se oponga a ello, pero desde mi libertad de opinión, opino que la imagen de este personaje no tiene nada que ver con la defensa de su condición sexual y es simplemente esperpéntica, claro que de eso va el festival más que de música.


Pero bueno, si la sociedad se complace en estos puntos de "originalidad", pues nada. Aunque a estas alturas casi que preferiría al Chiquilicuatre.