22 de juliol 2007

14 DE JULIO – UN PASO MAS Y DOS MENOS


Hoy hemos asistido al bautizo de una niña de la que somos padrinos mi mujer y yo. La niña es adoptada, originaria de Haití. En el mismo acto participaban otra niña y un niño, primos de la bautizada y nacidos ambos en Méjico.

Yo contemplaba la escena de los niños jugando, hablando todos ellos en castellano (los mejicanos es natural) entre ellos y con otros niños que estaban presentes en la celebración. Días atrás en la playa me llamó la atención también ver jugando a una niña de claras facciones asiáticas, con otros dos niños de piel oscura que denotaba su origen africano a quizás sudamericano y se entendían en catalán.

Me preguntaba en qué momento cambia la actitud del ser humano hacia los demás y la tolerancia y el buen contacto se tornan en falta de aceptación e incapacidad para comunicarse sin que salten chispas.

Ayer mismo presencié como dos personas, ya maduritas, se embarcaban en una agria discusión sobre porqué en unos sitios se habla un idioma y no otro. Las dos personas tenían razón y las dos estaban equivocadas. Terrible dilema. Hablaban a la vez de derechos y de imposiciones.

Recuerdo reuniones de trabajo en la que estábamos presentes personas de muchos países y a pesar de que el idioma común de comunicación en esas reuniones era el inglés, muchas veces había que echar mano de habilidades comunicativas que se escapaban de ese idioma, para facilitar la comprensión de una idea o para transmitir la intensidad de un argumento, pero lo importante era comunicarse y que esa idea o argumento llegase con claridad a los interlocutores.

Ya se que la pregunta está muy sobada, pero, ¿porqué se evoluciona casi siempre hacia lo negativo? Hay tanto y tanto por compartir. Ya se, ya se también, que puede sonar a utópico y que al leer esto muchos se preguntarán, “pero ese ¿de que va?”

Pues voy de eso y a pesar de que en estos días estoy leyendo a Bukowsky y las aventuras de su “alter ego” Chinasky, historias nada proclives a producir una imagen idílica del ser humano.

Pero mañana será otro día.

1 comentari:

Anònim ha dit...

Amigo Jordi; el idioma es una herramienta de acercamiento y enriquecimiento de quien lo habla y de quien lo estudia. Otra cosa es que lo utilicemos como arma arrojadiza.
Recuerdo bien mis años de catalán, en la Barcelona del 68 al 80, y mi acercamiento a vuestra hermosa lengua. Todo ello me ayudó a entender mejor y a disfrutar de vuestra historia y vuestras costumbres.
Siempre digo que, en caso de volver a Catalunya, me llevaría cinco minutos reciclarme e integrarme.
Un fuerte abrazo.