28 de novembre 2005

QUÈ VA PASSAR A LA TRANSICIÓ?

Llorenç Gomis, em transmet serenitat. Llegir els seus articles a La Vanguardia, amb el seu fons de bon humor i saviesa ha estat sempre reconfortant per mi. I avui he llegit un article seu sobre la transició, amb el que coincideixo plenament. 

En aquella època, que jo també vaig viure, el que importava era sortir endavant i superar la foscúria anterior i per això segurament es van passar per alt moltes coses. Recordo l’etapa des del 75 fins al 81 com uns anys plens de llum i amb l’afany de recuperar una normalitat que molts no coneixíem. I ara molts, que segurament no els van viure aquells temps amb la plena sensibilitat de què passava, clamen que no s’hagués d’haver fet d’aquella manera. Que s’havien de passar comptes. 

 Aquesta perspectiva em fa neguit. Perquè quan sento la rauxa d’alguns polítics i de molts que no en son, però que salten com a feres en sentir allò que els a sembla contrari a les seves idees o interessos, em pregunto que ha guanyat el mon des d’ença amb tota l’experiència que hauria d’haver acumulat. Sembla que no n’hem après d’evitar conflictes. Serà segurament una qüestió de cicles i d’educació i de visió global i de...tantes coses, però sobre tot d’educació. Fa uns dies en aquest weblog em preguntava, en relació als disturbis de Paris, el perquè hi ha un ressorgiment del nazisme a Europa. Que ha mancat perquè passin aquestes coses? 

Es evident que la gent que quan la guerra eren nens o els joves que ni tan sols havien nascut, no tenen la visió propera del que va passar i el que va suposar. I si a mes a mes els fets es venen amb una aurèola de nostàlgia i admiració per “l’heroisme”, malament. Per això, insisteixo en que es tan important que la societat, els pares i els educadors siguin capaços de transmetre a la joventut valors, que els permetin mirar el que ha succeït històricament amb objectivitat i seny. I que s’interessin mes per lo positiu, que no pas per l’enfrontament i el passar comptes. I en el cas de la transició, el balanç dels beneficis obtinguts, vist per qui ho vam viure a prop, n’és mol de positiu. 

Gràcies per els teus articles Llorenç Gomis, fins i tot aquells on escrius només sobre el dia a dia tranquil i quotidià. Jordi Nounou http://novou.blogspot.com

25 de novembre 2005

MELANCOLIA



Recibo un escrito de un amigo, que frente a un ventanal, en un atardecer de víspera de festivo reflexiona sobre el paisaje, el cansancio, la vida y la carga del trabajo…

Finalmente, concluye, el siguiente día laborable le aportará de nuevo la revelación sobre el secreto de la vida, que para él no es otro que estar donde debas de estar y hacer lo que debas de hacer.

Esto está muy bien, pero, estar donde debas de estar y hacer la que debas de hacer, ¿en que circunstancias y según quien?

Estar donde debas de estar en función de tus aspiraciones, tus objetivos, tu sentido de pertenencia a la sociedad. Si mi amigo está seguro de que estar donde debes de estar supone disfrutar – como afirma - de un cóctel de dos tercios de trabajo y un tercio de vida privada, con unas gotas de angostura, no estoy seguro de que esto sea lo mejor.

Y hacer lo que debas de hacer…¿Qué es lo mejor para hacer? Querido amigo, yo me planteo muy repetidamente esta pregunta, coartada siempre por la incapacidad a estas alturas de modificar el rumbo de la vida. Si, si, ya se que alguien pensará que sí se puede.

MI amigo y yo tenemos la misma edad, trayectorias profesionales parecidas y un cierto sentido compartido para intentar disfrutar de algunas cosas…la buena mesa, la belleza, de la buena música. Y esto satisface, pero no creo que seamos simplemente unos hedonistas.

Seguramente no. No obstante a mi me gustaría hacer algo distinto. Me gustaría que mi trabajo fuese reconocido de otra manera, no por mi aportación al incremento del capital de una sociedad en busca continua de beneficios. Me gustaría que el resultado de mi trabajo ayudase a mejorar las condiciones de vida de seres humanos, que aportase contribución a la felicidad.

La felicidad, esta es una de mis obsesiones. Cuando sé de alguien que ha fallecido o que está pasando por momentos difíciles me pregunto si en el balance de cosas positivas y negativas que ha experimentado, la felicidad ha tenido un papel importante. ¿Ha disfrutado de la vida, o por el contrario han primado los impactos negativos en su trayectoria vital? Y también me pregunto si en su eventual relación conmigo he hecho todo lo posible para mejorar su activo de felicidad.

Bueno, basta de filosofía. Solo quiero dejaros para leer un cuento taoista, o de donde sea, porqué en este mundo desde muy antiguo se llega a parecidas conclusiones en muchos sitios y no es necesario que porqué venga impregnado de ceremonioso orientalismo esté dotado de mayor sabiduría que, por ejemplo, los refranes de los viejos socarrones de nuestra tierra. Lo que si contiene es una clarividencia notable sobre cómo evitar conflictos.

Cuento taoísta

Había una vez dos monjes que paseaban por el jardín de un monasterio taoísta. De pronto uno de los dos vio en el suelo un caracol que se cruzaba en su camino. Su compañero estaba a punto de aplastarlo sin darse cuenta cuando le contuvo a tiempo. Agachándose, recogió al animal. "Mira, hemos estado a punto de matar este caracol, y este animal representa una vida y, a través de ella, un destino que debe proseguir. Este caracol debe sobrevivir y continuar sus ciclos de reencarnación." Y delicadamente volvió a dejar el caracol entre la hierba. "¡Inconsciente!", exclamó furioso el otro monje. Salvando a este estúpido caracol pones en peligro todas las lechugas que nuestro jardinero cultiva con tanto cuidado. Por salvar no sé qué vida destruyes el trabajo de uno de nuestros hermanos.
Los dos discutieron entonces bajo la mirada curiosa de otro monje que por allí pasaba. Como no llegaban a ponerse de acuerdo, el primer monje propuso: "Vamos a contarle este caso al gran sacerdote, él será lo bastante sabio para decidir quien de nosotros dos tiene la razón."
Se dirigieron entonces al gran sacerdote, seguidos siempre por el tercer monje, a quien había intrigado el caso. El primer monje contó que había salvado un caracol y por tanto había preservado una vida sagrada, que contenía miles de otras existencias futuras o pasadas. El gran sacerdote lo escuchó, movió la cabeza, y luego dijo: "Has hecho lo que convenía hacer. Has hecho bien". El segundo monje dio un brinco. "¿Cómo? ¿Salvar a un caracol devorador de ensaladas y devastador de verduras es bueno? Al contrario, había que aplastar al caracol y proteger así ese huerto gracias al cual tenemos todos los días buenas cosas para comer. El gran sacerdote escuchó, movió la cabeza y dijo "Es verdad. Es lo que convendría haber hecho. Tienes razón."
El tercer monje, que había permanecido en silencio hasta entonces, se adelantó. "¡Pero si sus puntos de vista son diametralmente opuestos! ¿Cómo pueden tener razón los dos?" El gran sacerdote miró largamente al tercer interlocutor. Reflexionó, movió la cabeza y dijo: "Es verdad. También tú tienes razón."

Extraído de Bernard Werber. "El día de las hormigas". Ed. Plaza & Janés. 1994


¿Porqué no tendremos algún Gran Sacerdote con tal sentido por estos pagos?

Jordi Nounou

20 de novembre 2005

OTRA VEZ NAVIDAD


Apenas digeridos los panellets, boniatos y castañas de Todos los Santos, nos enfrentamos ya a una nueva etapa pantagruélica.

Asustado estoy. Esta semana he tenido tres comidas y dos cenas de celebraciones varias. Y todavía no hemos entrado en el mes de las comidas y cenas navideñas de verdad. Empecé el lunes en Barcelona, con una reunión de amigos, en la que con frecuencia mensual solemos hablar de lo divino y de lo humano, incluso de este cuaderno de bitácora y de sus contenidos. Eso si, haciendo honor a una cena de buenos condumios regados con elegantes tintos riojanos. Otra cena el miércoles, con colegas en Madrid, visitando la Cava Baja, lugar donde como es sabido se pueden encontrar halagos al paladar y en esta ocasión el mejor ambiente de un Madrid pre-partido del sábado.

Tres comidas, una en Bilbao, ¿que podemos decir de la cocina vasca, que venga a añadir algo a lo que es sabido?, otra en Madrid también – quizás el mejor puerto de mar para los restaurantes de pescado - y una calçotada para cerrar la semana, en Tarragona, esta más casolana y cercana, pero también contundente con el romesco aderezando los platos típicos.

Creo que ya no hay tiempo para todas, aparte de lo reservadísimos que están los restaurantes, donde para estas fechas resulta cada vez más difícil encontrar mesa y deberemos ir implantando los desayunos navideños.

En este país, cualquier celebración no es celebración si no se empieza o se acaba alrededor de una mesa. Y después mucho hablar de dietas mediterráneas, de equilibrio comida / salud, del colesterol, de los lípidos, etc., etc.

No obstante este afán gastronómico no se produce únicamente en este país. La sociedad occidental, con su tremenda producción y consumo alimenticios ha adoptado pautas de comportamiento parecidas en muchos países, ¡con tanto contraste entre esta sociedad y la del tercer mundo!

Pero sobre esto ya trataré en otro momento. No quiero que por hoy me tachen nuevamente de escéptico, como me han dicho algunos que han leído mi blog últimamente…

Jordi Nounou

PIM, PAM, PUM, FUEGO


Concha Velasco estaba tendida en el suelo, en una actitud de abandono y con cara desesperada y Fernando Fernán Gómez, de pie delante de ella la miraba con expresión, bueno, es difícil de imaginárselo, pero en fin, pongamos que con expresión libidinosa, diciendo,

“¿Lo ves? ¿lo ves? ¿Ves cómo eres tu quien me lo pide?”.

En ese momento se encendieron las luces del Palacio de la Prensa, el cine de Madrid donde estaba viendo “Pim, Pam, Pum, fuego” y se interrumpió la película. Una voz se oyó,

“Por favor abandonen ordenadamente la sala, porqué hay una amenaza de bomba”. Lo de abandonar la sala fue rápido, porqué aquella desangelada noche de Noviembre de 1975 éramos más bien pocos los que habíamos acudido al cine.

Tardé unos cuantos años en enterarme de si el bueno de Fernando conseguía sus propósitos con Concha, puesto que no vi de nuevo la película hasta que la pusieron en Televisión. En el ambiente gélido de la noche se notaba un “mar de fondo” mucho más denso. Franco estaba a punto de morir, su agonía prolongada artificialmente ponía al alma en vilo a las dos Españas y todo el mundo sabía que iba a ocurrir algo. El alma en vilo porqué unos no querían que ocurriera y otros porqué pensaban que al fin iba a ocurrir.

Estos días leyendo la abundante información aparecida en prensa, televisión, radio, etc. me parece un episodio muy lejano, como si estuviera leyendo una biografía de otro. ¿Vale la pena rememorar tan minuciosamente aquellas fechas, e incluso hacer especulaciones sobre lo que ocurrió?

A quienes no vivieron aquellas circunstancias deben de parecerles episodios históricos remotos, cómo me ocurría a mi cuando niño o adolescente oía hablar en cuchicheos de la guerra civil y de la vida en los años treinta, aunque tan solo habían transcurrido apenas quince o veinte años.

No obstante, aunque quienes lo vivimos en directo, aquella época, la de antes y la de después, sintamos cansancio ahora de ver nuevamente en los medios la afilada cara en la que la muerte había sentado ya sus reales, para aquellos que no lo vivieron es necesario conocer que ocurrió. Porqué aquello dio paso a lo que ahora es este país.

Que nos guste o no lo de ahora es otra historia. Ah!, por cierto, lo de hacer del Valle de los Caídos un monumento común para todos los que perecieron como consecuencia de la guerra civil, no me parece bien. Aparte de lo feo que resulta el monasterio, sería imposible verlo como un factor de reconciliación. Lo que hay que hacer es cerrarlo y a los muertos enterrarlos, incluso en la memoria activa, no en la histórica.


Jordi Nounou

12 de novembre 2005

Cuestiones importantes


A veces las reuniones de trabajo dan tiempo para una pequeña vuelta. El Gran Bazar de Estambul es un lugar curioso para visitar, aunque creo que ha perdido parte de su exotismo para adoptar pautas más ocxcidentales. El comercio es el comercio y los carteles de VISA y de cambios de divisas campan por todas partes. No obstante, el colorido es patente.


Volviendo a temas más cercanos, en nuestro pais las posiciones sobre grandes temas van enconándose aparentemente cada vez más. La manifestación de ayer en Madrid...Que si fueron 2 millones, que si fueron 400.000. Que si fué un plebiscito a favor de la Iglesia. La cuestión creo que no es esta.

La cuestión sangrante está en la calidad de la formación en nuestro pais. Me alegra ver que no estoy desacertado en mis valoraciones, a tenor de las noticias aparecidas tras mi última nota "De regreso" y cuando digo que me alegro al mismo tiempo quiero manifestar mi enorme pesar porqué esto sea así: Pésimos resultados en los alumnos españoles. Muy especialmente quiero referirme a la carta de un profesor recien jubilado, que por su impacto en el tema me permito reproducir.

"Professor jubilat i feliç
Soc un professor d'un institut que ja no fa classe. M'he jubilat i m'he convertit en un professor content, el verb llati jubilare significa llençar crits d'alegria.
Tinc molts motius per estar content. La degradacio de l'ensenyament fa que molts de nosaltres, amb la jubilació ens sentim alliberats. Farts de menspreus i de maltractaments verbal - i fins i tot fisics ., de fer la feina que alguns pares haurien de fer i no fan, d'haver d'aguantar que membres de families mig analfabetes ens diguin com hem de fer les classes i que perqué els hem suspes la criatura... Hem d'aguantar a les aules xicotets que mai - en be de tots - no les haurien d'haver trepitjat.
Es per tot això que ara, alleugerit i eufòric, puc dir que finalment, soc un professor jubilat i feliç. Si algun professor en actiu se sent comprès i moralment recolzat llegint aquesta carta, haurà valgut la pena haver-la escrit.
Eladi Saura - Barcelona"

Es lamentable. Si bien entiendo que puede estar más que aburrido por las cosas que le hayan sucedido en sus clases, creo que el también ha abdicado de sus obligaciones profesionales. Las valoraciones sobre las familias o sobre que haya chicos que no debieran haber pisado las aulas, a mi entender sobran. Y también comprendo que determinadas situaciones puedan llevar a la exasperación. Es sabido que la profesión de maestro es de las que más elevado riesgo de stress tienen.

¿Hay una solución para esto? Seguramente no está en utilizar cuestiones de tanta importancia para el pais como arma política, obligando por un lado y sacando la gente a la calle por el otro. Nos jugamos el futuro. ¿Hay la posibilidad de que en los temas de interés primordial los políticos dejen de lado su busqueda constante del voto y se centren en conseguir lo que ha de ser un bien comun? ¿Es pedir mucho?

Jordi Nounou

10 de novembre 2005

De regreso...

Ayer, de vuelta a casa en el avion, me leí los periodicos del pais para ponerme al día. Durante estos tres días, centrado en el trabajo y departiendo con mis colegas, pocas novedades he podido conocer, sobre todo debido a mi desconocimiento del turco, aunque de alguna cosa me he enterado, principalmente de Francia, a través de la CNN.

Leo en un periódico económico dos comentarios sobre los disturbios en este pais y la posibilidad de que se extiendan a otros paises, lo cual da que pensar y de alguna forma vienen a encajar con algunas reflexiones mias sobre la situación.

El primero de ellos informa sobre los peligros de reacciones anti-inmigrantes por parte de neo-nazis, tanto en Alemania como en Rusia, señalando que en este último pais el pasado Octubre 15 cabezas rapadas mataron a un peruano e hirieron a un español.

El siguiente comentario se hacia eco de las manifestaciones de uno de los protagonistas de los disturbios: "Estoy hasta el gorro de que para trabajar haya que tener el bachillerato".

Ambas cosas y muchas otras en la misma línea, me llevan a pensar en uno de los, para mi, orígenes de la situación, que constituye una enorme debilidad para cualquier sociedad y una puerta que propicia la posibilidad de extensión de esta conflictividad hacia otros paises.

Me refiero a la falta de formación y a la falta de éstímulos para aprender. Ya en un terreno muy cercano a nuestro entorno, leo el informe publicado por el sindicato UGT sobre la juventud en Catalunya, donde manifiesta que 1 de cada 10 jovenes catalanes de edades entre 16 y 24 años ni estudia, ni trabaja, ni parece estar interesado en ello. Solo en Catalunya ello supone 65.900 jovenes que no hacen nada.

Preocupante. Porqué si no se tiene el estímulo para aprender, si la formación se considera superflua e inutil, ¿Cómo se pueden transmitir valores?¿Cómo se puede inculcar la capacidad para objetivizar y discernir?¿Cómo se puede generar sentido de la responsabilidad?

¿Qué es lo que falla en todo esto?. ¿Existe una tolerancia mal entendida, que lleva a un exceso de permisividad? Cuando manifiesto esto, no me refiero a que la culpa sea de los jovenes, sino a las circunstancias de una sociedad que no sabe conducirlos. Veamos.

La misión de los padres para educar a sus hijos. ¿Tienen claro los padres que tolerando que sus hijos hagan lo que les parezca, no les están ayudando precisamente? ¿Hay miedo por parte de los padres de que sus hijos les consideren unos retrógados, o incluso de que les marginen? En estos días el canal catalán de TV3 está pasando algunos capítulos del "Cor de la Ciutat", que reflejan un comportamiento de algunos hijos, hedonista, egoista y preocupado únicamente por su bienestar y por conseguir las cosas con el mínimo esfuerzo. Me da miedo pensar que esta ficción pueda estar representando una realidad social.

La escuela. Evidentemente si hay una incapacidad familiar para obligar a los hijos a acudir a la escuela y a adquirir valores, entre ellos el sentido de la responsabilidad, dificilmente los maestros podrán desempeñar un papel en este objetivo. Pero ¿y aquellos que sí acuden a la escuela, pero sirve de poco, porqué es como si no estuvieran?

Tengo amistades en el campo de la formación, con enormes deseos de dejar este trabajo por las dificultades que les supone debido a la falta de respeto que reciben por parte de alumnos y padres de alumnos.

La sociedad. Muchos jóvenes tienen un sentido de la responsabilidad disminuido, porqué la sociedad, o algunos factores de esta sociedad ponen a su alcance imágenes de vida facil, de que las cosas se pueden conseguir sin esfuerzo, imágenes de color de rosa. Pero se encuentran con la realidad: no hay el trabajo que quieren, o solo consiguen trabajos precarios. Aquel lujoso apartamento en el que viven los protagonistas de sus series de televisión preferidas, se convierte en algo inalcanzable para ellos, por sus precios prohibitivos de acuerdo con sus posibilidades económicas. Y esto genera frustación, rabia y deseos de herir a la sociedad a la que hacen culpable de la imposibilidad de que ellos alcancen lo que quieren.

¿Existe realmente una acción coordinada entre profesorado y padres en la educación? ¿Fallan los padres, los alumnos, los profesores, la sociedad, un poco todas las partes? Está claro que esto no es así para muchisimos jovenes y que aunque con diferentes niveles de integración y de responsabilidad, la mayoría no sentirán la necesidad de quemar coches para demostrar su frustación. Pero 65.900 sin hacer nada son muchos y campo abonado para la simiente de la protesta.

Arduo problema. Para cerrar mis notas de hoy, voy a referirme a una escena que he vivido muy de cerca esta mañana cuando he cogido el tren para ir a trabajar. Han subido dos jovenes, de algo más de veinte años, que se han puesto a hablar sobre sus vivencias en el trabajo. Ambos trabajaban en la construcción, pero en diferentes obras. Ambos hacian gala de los cubatas y otras bebidas que tomaban durante su trabajo, que evidentemente debe de tener, por sus caractarísticas, un nivel de riesgo apreciable.

Hacia el final del trayecto para uno de ellos, el otro, que llevaba una camiseta con la leyenda "Drogas no" en el pecho y "que no hay para todos" en el dorso, le preguntó de cómo estaba de aprovisionado y a continuación, sacándose del bolsillo un envoltorio de plástico, extrajo del mismo un puñado de lo que parecía "hierba" y se lo entregó al otro, afirmando la buena calidad de dicha hierba y que el mismo por las mañanas antes de trabajar se fumaba un cigarrillo, que le entonaba para el trabajo.

Me reafirmo, muy preocupante.

Jordi Nounou

08 de novembre 2005

DESDE LEJOS

Motivos de trabajo me han llevado a Estambul. Es una ciudad que ya conocía y que me encanta.

Encrucijada entre Oriente y Occidente, observo en ella la pujanza emergente de una sociedad que busca un sitio mejor en el concierto de las naciones occidentales y para ello creo que está haciendo un notable esfuerzo.

En los diez años transcurridos desde que estuvimos aqui mi mujer y yo la vez anterior, las diferencias que detecto son notables, unas para bien, creo notar un mejor bienestar económico y otras para no tan bien, como los apabullantes atascos de tráfico.

He leido este verano pasado dos libros de Omahn Pamuk, el escritor turco candidato al premio Nobel, que no dudo en recomendar. Paseando por las callejuelas en los alrededores del Gran Bazar o en la Plaza del Hipódromo, delante de la Mezquita Azul y circulando por las avenidas de Taksim, la Istiklâl Cadessi o en Galatasaray, he rememorado los citados libros en algunos de sus pasajes y he cerrado los ojos, mania mía que me gusta hacer cuando visito un lugar sobre el que he leido, para tratar de ver pintados en la mente y en su escenario real los personajes sobre quienes he leido.

Estambul o la antigua Constantinopla, ha sido elegida con mucha frecuencia como marco para narraciones unas veces mas cercanas y otras más alejadas a la realidad, pero casi siempre con conexiones a su abundante y rica historia. Me viene ahora a la memoria "De parte de la Princesa muerta", parte de cuya acción centrada en la realeza turca y en el Palacio de Dolmabaçe, nos deparó en la anterior visita vivencias como las que he referido para los libros de Pamuck.

Jordi Nounou

07 de novembre 2005

LA SEMANA

Es tarde y el sueño me invita más a irme a la cama que a escribir. Pero no quiero dejar pasar un día más sin añadir nada a mi blog.

Los temas más destacados en la prensa de esta semana pasada han sido el Estatut y los disturbios en Francia.

Sobre el primero, debo de reconocer que me debato entre contradicciones. Por una parte, como catalán no dejo de ver las ventajas que podría suponer un sistema fiscal que viniese a equilibrar una balanza en la que desde hace tiempo existe un deficit notable en contra de Catalunya.

Por otra parte me preocupa la gran reacción que la propuesta de Estatuto ha suscitado en el resto del pais. Y esta preocupación me viene también alimentada por el contenido de varias blogs, donde se refleja la gran incomodidad que ha producido la propuesta y la aprobación de entrada a trámite en las Cortes.

Creo que todo el tema viene envuelto de una notable visceralidad y que preocupan más los presuntos riesgos hacia la unidad de España, aunque esto puede ser el disfraz de otro tipo de intereses, que el beneficio de un mejor entendimiento.

Y creo tambien que en el texto de la propuesta de Estatuto abundan definiciones que no son necesarias, puesto que lo único que hacen es suscitar la aludida incomodidad, lo cual nos conduce a aquello que precisamente deberiamos de tratar de evitar, es decir la generación de conflictos innecesarios.

Ya veremos más sobre el Estatut, a medida que el trámite negociador se vaya desarrollando y se vaya enfocando su texto definitivo, pero me permito sugerir que de una vez deberiamos tratar entre todos de dejar de mirar hacia el futuro por los retrovisores.

Y sobre el conflicto de Francia, tambien es preocupante. El estallido de violencia de los jovenes en los barrios marginales es un grito de ira que no se puede soslayar. Posiblemente al Gobierno Frances no le quedará más remedio que emplearse a fondo para detener esta espiral amenazadora, pero ¿no hubiera valido más la pena aplicar aquello de mejor prevenir que curar? Sobre todo porque la "cura" puede dejar heridas más profundas que lo que pretenda sanar.

Cuesta entender que pasa, si queremos huir de las interpretaciones fáciles. De entrada parece ser que no hay demasiado acuerdo sobre el perfil de quienes ocasionan los disturbios. Y es posible que haya origenes diversos, inmigrantes insatisfechos, jovenes con pocas esperanzas de ocupar un lugar digno en una sociedad que se les presenta cada vez más dificil, aprovechados de la revolución por la revolución e incluso simples saqueadores.

Supongo que algún ciudadano entre quienes les han quemado el coche y que además a lo mejor es uno más entre los descontentos, se preguntará asombrado ¿y esto porqué?. Generará pues más rabia y frustación ¿orientada hacia quien? ¿Hacia quien le haya quemado su coche? ¿Hacia el gobierno que no ha sabido protegerle?

Dificil situación, respecto de la que unicamente se me ocurre:

1 - Era como la crónica de una muerte anunciada. Hay más de esta situaciones en Europa y en el resto del mundo. ¿Cuanto tardarán en estallar?
2 - Seguramente se hubiera podido hacer más por evitarla de antemano si muchos politicos en lugar de intentar asegurarse los votos, realizacen aquello por lo que les eligieron los ciudadanos, incluyendo aquellas medidas, a veces impopulares.
3 - Las políticas de integración que intentan satisfacer a todo el mundo no resuelven el problema en origen. Permitiendo guetos de parados en los paises desarrollados no se da de comer a la gente de los paises subdesarrollados ni se les proporciona esperanza hacia su futuro.

¿Cuanto tardarán las potencias Occidentales en darse cuenta de que estos problemas pasarán factura tarde o temprano al "cómodo" sistema de vida que aún tienen la mayoría de sus ciudadanos?

Nos leemos en la blog.

Jordi Nounou

01 de novembre 2005

EL INICIO

Hola,

Este es un blog donde quiero exponer mis opiniones sobre lo que el mundo, las circunstancias, la vida, la prensa, la t.v., etc. etc. ponen ante mis ojos. Trataré de ser sincero y seguramente mis opiniones no serán del agrado de algunas personas.


Pero mi propósito no es ofender a nadie. Mi propósito es tratar de entender de que van las cosas y porqué. Muchos harán seguramente lo mismo y con mejor criterio que yo, pero no quiero limitarme a leer lo que piensan otros.

Quiero poner aquí lo que yo pienso y si en algunas cosas estoy equivocado, que el contraste y el razonamiento me ayuden a ser más clarividente. Tampoco puedo aportar soluciones para muchos de los problemas que existen y que vayan a aparecer en este blog, pero a veces el contraste puede ayudar a, por lo menos, encontrar un cierto sentido a las cosas, que puede ser el principio para encontrar soluciones.

Empiezo por describirme a mi mismo: Soy catalán, 57 años casado y con cuatro hijos. Me considero ciudadano del mundo; he vivido fuera de Cataluña y tengo buenos amigos en muchas partes.

Pienso que no tengo nada en contra que me haga ser infeliz, trabajo, gozo y sufro de las mismas ventajas e inconvenientes que cualquier ciudadano de una gran urbe, pero a veces - ¡Ay! las tendencias depresivas - siento insatisfacción. Sobre todo cuando leo las noticias que nos sirven los medios.

Los medios... que gran responsabilidad. Sin entrar a una cuestión específica en concreto - hay muchas en estos días - las maneras que utilizan los medios para trasladar las noticias a la gente, bueno, la mayor parte de las veces están orientadas a crear un impacto favorable a una u otra idea.

Las ideas tratadas en el ámbito de lo politicamente correcto, cuya aplicación se demanda de una manera ostensible y a veces interesada, aburren.

Además no se trata solo de sensacionalismo, en la forma en que se utiliza para ir cada vez un poco más lejos en la exposición de las noticias o las ideas, para despertar el interés de las personas. Es que cada vez más se utiliza como un arma en contra de la opinión contraria, utilizando la descalificación como elemento para invalidar todo aquello que no sea el pensamiento propio.

No hay más que ver esta forma sensacionalista con que es tratada la información. Es suficiente, si teneis paciencia de compararlo, el ver como enfocan los titulares de distintos periodicos las mismas noticias, por no hablar del contenido de los artículos.

Y no tengo nada en contra de que se trate de facilitar una información que de alguna forma cree un estado de opinión, siempre que se parta de una base objetiva y que no se deforme interesadamente la información.

El peligro, lo que me da miedo es cuando las aludidas maneras se radicalizan. Desde uno u otro lado, sean de un color u otro, nacionalistas o socialistas, de derechas o de izquierdas, concursantes en un programa televisivo o participantes en un reality show.

Gracias por haber tenido la paciencia de leer esto. Y gracias por vuestras impresiones.

Jordi Nounou